Nueve de la noche, tienes la reunión esperada con tus patas de siempre, no te vas a sentir excluido por el hecho de vestirte como tú quieras, sólo que esta vez no hay temas de conversación y te encuentras como si estuvieras esperando a que los responsables de recursos humanos te llamen de una buena vez en vez de estar mosqueandote una hora parado y te lamentas de haber dejado tu celular en tu casa.
Parece que los villanos no atacan los lunes en la noche, nadie cuenta un chiste y el ambiente se vuelve más denso, debieron comprar más sillas, si son 4 personas de tamaño normal se debería tener agua y sillas para todos, no hay ni un piqueo y se siguen mirando las caras, desconocidos de la noción del tiempo y del nombre del que está al costado, maldita identidad secreta.
Los demás miran a Iron Man, teniendo billete y están en una habitación si ventanas con olores terribles, ni una pizarra o una mesa para apoyar los brazos; prefiere tocarse la entrepierna que a decir hoy invito un pollito a la plancha y vámonos de aquí. En vez de eso, siguen en el mismo lugar, esperando algo que no va a pasar. Bostezo.
Parece que los villanos no atacan los lunes en la noche, nadie cuenta un chiste y el ambiente se vuelve más denso, debieron comprar más sillas, si son 4 personas de tamaño normal se debería tener agua y sillas para todos, no hay ni un piqueo y se siguen mirando las caras, desconocidos de la noción del tiempo y del nombre del que está al costado, maldita identidad secreta.
Los demás miran a Iron Man, teniendo billete y están en una habitación si ventanas con olores terribles, ni una pizarra o una mesa para apoyar los brazos; prefiere tocarse la entrepierna que a decir hoy invito un pollito a la plancha y vámonos de aquí. En vez de eso, siguen en el mismo lugar, esperando algo que no va a pasar. Bostezo.
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